Habìa una vez una pequeña granja con muchos patos, gallinas y demás animales.
Un día mamá pata empolló unos huevos, ella había pensado que eran solo 6 pero en realidad eran siete, ese último era diferente con plumaje gris y muy diferente, crecieron constante todos, pero el gris siempre comía más, mientras su madre cargaba con la cruz de haber tenido éste hijo tan feo.
Él era solo y feo, pues sus amigos lo rechazaban, aunque su madre lo consolaba a veces.
Un día escapó de la granja, pues nunca era feliz, en un pequeño estanque se detuvo a preguntar a todos los patos, si algún día habían visto un pato de plumaje gris, pero los patos ignorándolo le decían que tan feo como el nunca.
Unas orcas le respondieron lo mismo y le dijeron que se fuera del lugar pues era muy peligroso para él por los cazadores. Un día una viejita lo recogió pensando que era una orca perdida, lo amenazaba con matarlo si no colocaba huevos o si no engordaba, pero el pato astuto escapó.
Al otro día llego a un estezo cañiza, pues decidió encerrarse por siempre por feo. Una mañana vio unos pájaros y quiso ser uno de ellos por bonitos.
Al llegar el verano las aguas se helaron, y un lugareño al observarlo lo llevo para que sus hijos cuidaran de él. En primavera ya era muy gordo y el dueño decidió llevarlo a un estanque para que fuera libre.
En ese lugar el pequeño observo que era diferente, gracias al reflejo del agua, descubrió que era un cisne pues vio en sus congéneres recién llegados su imagen.
Él fue el más bonito de el estanque, el más aceptado y el mas feliz.
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